Confesor Tirina, monitor territorial del Territorio Indígena Multiétnico II (TIM II) y miembro de la comunidad Genechiquia del pueblo Ese Ejja, dio a conocer que en el río Madre de Dios, en Pando, se vierten desde aceites, combustibles y mercurio desechados por las balsas que extraen oro de estas aguas.
TIM II
Desde daños a la salud de las personas por el consumo de peces contraminados con mercurio, hasta el deterioro de los territorios y regiones de donde se extrae el oro, son solo algunos efectos que los representantes del Centro de Estudios Jurídicos e Investigación Social (CEJIS) y del Centro de Investigación y Documentación (CEDIB) señalaron como los ocasionados por el uso de mercurio en la explotación de oro en los ríos Madre de Dios y Beni, en la Amazonía Norte de Bolivia, durante el conversatorio que abordó esta temática.
De acuerdo a un diagnóstico desarrollado por el Territorio Indígena Multiétnico II (TIM-II) y la Central Indígena de la Región Amazónica de Bolivia (CIRABO), en 2021 identificaron que solo 14 de las 180 balsas que trabajan en la extracción de oro en el río Madre de Dios, en el tramo que atraviesa el territorio indígena, operaban de forma legal al interior de las dos autorizaciones transitorias especiales otorgadas por el Estado.
Una comisión del Territorio Indígena Multiétnico II (TIM II) llegó a La Paz para denunciar la creciente contaminación por mercurio que estaría sucediendo en los ríos Madre de Dios y Beni, por la dragas y balsas mineras que extraen oro de manera ilegal, vulnerando los derechos de las comunidades, según denunciaron.
Desde la contaminación de las aguas de los curichis y arroyos y las subsiguientes enfermedades que esto ocasiona en las y los pobladores de las comunidades, son solo algunos de los efectos que la contaminación minera, por la extracción legal e ilegal de oro en el Río Madre de Dios, en Pando, está dejando entre las comunidades que habitan en el Territorio Indígena Multiétnico (TIM II).