Vía campesina: en la lucha por el reconocimiento de los derechos de campesinas y campesinos
ODPIB, 2 de Septiembre 2013.- El comercio libre entre países y la desregulación de los mercados[i] profundizó la exclusión de indígenas, campesinos y obreros en la participación de políticas de comercio, producción y defensa de derechos colectivos, entre otros. A finales del siglo XX, los movimientos sociales priorizaron la defensa y promoción de derechos de pueblos indígenas y campesinos; acciones logradas por la articulación con gobiernos nacionales progresistas. Distintas organizaciones reencauzaron la lucha de los sectores más vulnerados; entre ellas: Vía Campesina[ii].
Vía Campesina se funda el año 1993, en Mons (Bélgica). Aglutina a más de 200 millones de campesinas y campesinos, pueblos indígenas y trabajadores agrarios a nivel mundial. Esta organización es una de las principales promotoras en cuanto a debates alimentarios y agrícolas, que promueve políticas favorables a sectores vulnerables, enfocándose en políticas agrarias y sustentables.
Soberanía Alimentaria
La soberanía alimentaria[iii] es el principal eje de lucha para Vía Campesina. Este nuevo término, acuñado por movimientos indígenas y campesinos, busca aplicar políticas que aseguren y garanticen la alimentación en la población, mediante técnicas sostenibles y sustentables con el medioambiente, aplicando una producción local de acuerdo a usos y costumbres; buscando que lo colectivo prime sobre el interés de grandes corporaciones. Esta política dista de la seguridad alimentaria[iv], por tener una visión política colectiva y no de libre mercado.
La agroecología viene anexada a la soberanía alimentaria, busca rescatar la producción alimentaria artesanal en cuanto a la agricultura, pastoralismo[v] y pesca. Este organismo internacional busca proteger a la biodiversidad y la sustentabilidad, amparándose en una producción de alimentos inocua e independiente de las grandes industrias alimentarias.
Declaración de los Derechos de las Campesinas y Campesinos[vi]
Vía Campesina ha mantenido una reñida y dura batalla ante organismos internacionales, destacando su lucha con la “Declaración de los Derechos de las Campesinas y Campesinos”. La agricultura, aparte de ser una actividad económica, representa el sustento vital de la sociedad. Ante el constante atropello y abuso al campesinado, por parte del sector privado, decidieron elaborar un instrumento para presentarlo ante las instancias internacionales.
Éste instrumento manifiesta, en su parte declarativa, que las actuales condiciones de la agricultura ponen en peligro la vida de las campesinas y campesinos, empobrece el entorno y reducen la productividad del campesinado y sus medios de subsistencia[vii]. Rechaza la creciente concentración de los sistemas alimentarios en manos de compañías transnacionales, por lo cual buscan el reconocimiento de sus derechos individuales y colectivos ante el sector capitalista.
La declaración no sólo acoge restringidamente al campesino (con tierra) como titular de derechos, sino que pueden ser titulares incluso las personas sin tierra[viii]. Estos titulares, tiene derechos iguales, son libres de cualquier discriminación y políticas que afecten sus territorios.
El derecho a la tierra y el territorio es otra disposición que atañe a los campesinos. La declaración reconoce el derecho a poseer tierras colectivas e individuales, donde puedan gestionar iniciativas para la preservación del medio ambiente, los recursos hídricos y acceso a tecnologías.
Además, las campesinas y campesinos tienen el derecho determinar sus usos, costumbres y prácticas por medio de su agricultura tradicional, siendo titulares de la soberanía alimentaria. Además de ser productores, tienen el derecho y potestad de determinar el precio de su producción, esto para recibir una redistribución justa de sus servicios y para satisfacer sus necesidades básicas.
Resultados de la Declaración de Vía Campesina
El 24 de septiembre de 2012 Congo, Cuba, Djibouti, Ecuador, Guatemala, Nicaragua, Palestina, Sri Lanka, Sudáfrica y la República Bolivariana de Venezuela elaboraron el proyecto de resolución “Promoción de los derechos humanos de los agricultores y de otras personas que trabajan en zonas rurales” (A/HRC/21/L.23[ix]). Documento aprobado el 27 de septiembre de 2012 ante el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas[x].
Esta resolución se basa en el informe del Comité Asesor del Consejo de Derechos Humanos de la ONU “Estudio Final del Comité Asesor de la Comisión de Derechos Humanos sobre el avance de los derechos de los campesinos y campesinas y otras personas trabajadoras en las zonas rurales” (A/HRC/19 / 75[xi]). En este instrumento, la ONU insta a los Estados la adopción de medidas para garantizar la soberanía alimentaria a las campesinas y campesinos del globo, a su vez se da el reconocimiento a los miembros del campesinado como actores en la defensa de sus derechos humanos.
Henry Saragih, Coordinador General de La Vía Campesina adujo “La importancia de esta resolución para los campesinos y campesinas y, en general, para la agenda de los derechos humanos, no se puede subestimar. Adoptando esta resolución, estamos dando otro paso importante hacia la promoción y protección de los derechos de campesinas y campesinos – y hacia los derechos humanos y las libertades fundamentales de todas las personas[xii]”.
VI Conferencia “Edigio Brunetto”
En la VI Conferencia de la Vía Campesina “Egidio Brunetto”[xiii], se exhortó a las naciones a encaminar un nuevo modelo de agricultura distinto, justo, diverso e igualitario.
Una de las principales preocupaciones, expresadas en la conferencia, es la necesidad de una lucha contra las corporaciones transnacionales, puesto que cooptan toda producción de alimentos llegando despojar al campesinado su principal fuente de trabajo: la tierra. Además, los Tratados de Libre Comercio y acuerdos mercantiles de libre mercado vulneran a millones de trabajadores agrarios por las medidas de libre comercio entre naciones, que impide una producción local estable, por la cantidad de importaciones a países industrializados en cuanto a alimentos.
En el llamamiento a la conferencia[xiv], fue enunciada la necesidad de comprometer a las movilizaciones populares para comprometer a los cambios sociales emergentes en las diversas naciones. Se reafirmó la necesidad de mantener una cohesión y afinidad entre las distintas organizaciones internacionales para continuar la lucha en la defensa de las campesinas y campesinos.
Las mujeres campesinas hicieron escuchar su voz en el Manifiesto Internacional de Mujeres de la Vía Campesina[xv]. Exigieron su inclusión en la actividad política campesina, un trato equitativo en el acceso de tierras y mantener la lucha contra el legado del neoliberalismo, que vulnera a las campesinas en su diario vivir.
Finalmente, manifestaron que esperan consolidar la Declaración de los Derechos de las Campesinas y Campesinos en la próxima asamblea del Consejo de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas, para la elaboración de una resolución que contenga todas las demandas de las campesinas y campesinos a nivel internacional.
Ian Miranda
Observatorio de Derechos de los Pueblos Indígenas (ODPIB)
[iii] Algunos Estados tienen reservas en cuanto a éste término. La principal preocupación es la medida proteccionista que asumiría un Estado al proteger y garantizar los alimentos, puesto que tales medidas interferirían con las políticas internas de libre comercio entre países.
[iv] En la Cumbre Mundial sobre la Alimentación, en 1996 se definió a la Seguridad Alimentaria de la siguiente manera: “Existe seguridad alimentaria cuando todas las personas tienen en todo momento acceso físico y económico a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades y preferencias en cuanto a los alimentos a fin de llevar una vida activa y sana.” Además, tal concepto cuenta con las siguientes premisas: disponibilidad de alimentos, acceso a los alimentos, utilización y estabilidad.
[v] El pastoralismo, es una adaptación de producción agraria en un ambiente impredecible. Los pastoralistas aprenden a explotar los cambios imprevisibles de las condiciones climáticas, mediante sistemas móviles de producción de ganado. Ver: http://www.iucn.org/es/wisp/portal_de_los_pastores/las_tierras_aridas_y_el_pastoralismo/
[vi] Documento elaborado en Medán – Sumatra, en abril de 2002 en la “Conferencia Regional sobre Derechos de las Campesinas y Campesinos”.
[viii] Según la Organización para la Alimentación y la Agricultura de la ONU (FAO) pueden ser consideradas personas sin tierra: 1.- Familias de agricultores con poca tierra o sin tierra. 2.‐ Familias no agrícolas en áreas rurales, con poca tierra o sin tierra, cuyos miembros se dedican a diversas actividades como la pesca, la artesanía para el mercado local o la proporción servicios; 3. Otras familias de trashumantes, nómada, campesinos que practican cultivos cambiantes, cazadores y recolectores y personas con medios de subsistencia parecidos. (Op. Cit. Declaración de los Derechos de las Campesinas y campesinos).