En la Chiquitanía, indígenas de Lomerío inauguran su sistema de provisión permanente de agua potable

En medio de la sequía de la región de la Chiquitanía, en Santa Cruz, los indígenas de la comunidad de La Asunta, en el territorio de Lomerío, inauguraron este sábado su sistema de provisión permanente de agua potable, captada a partir de la recarga hídrica del bosque que conservan alrededor del atajado.
“Hace años carecíamos de agua y la verdad era muy triste la situación. Ahora estamos abastecidos (de agua) y tenemos a domicilio. Es el esfuerzo de los comunarios y ahora es una realidad; ya tenemos el líquido en nuestra comunidad y la tenemos las 24 horas”, explica el Cacique de la Comunidad La Asunta, Jesús Surubí.
El territorio indígena de Lomerío forma parte de la región Chiquitana de Santa Cruz, donde uno de los principales problemas es la baja precipitación pluvial que se registra, en especial entre los meses de julio y agosto, cuando la región se ve afectada por altas temperaturas que oscilan entre los 30°C y 40°C; a ello se suma la ampliación de los campos agrícolas y ganaderos dentro y fuera del territorio, que hace que los aspectos climáticos sean cambiantes, causando la disminución y pérdidas de las fuentes de aguas para el consumo humano y de los animales en la mayoría de las comunidades.
“Este proyectito ha sido bien práctico y puntual, se ha podido llegar a abastecer a más de 50 familias (de La Asunta), sin contar que de aquí van a tener el agua en la casa y de forma segura. Los comunarios van a empezar a pensar en cultivar huertos y a criar pequeños animales”, explica el presidente de la Central Indígena de Comunidades Originarias de Lomerío (CICOL), Elmar Masai.
Las aguas del atajado se acumulan a partir de un sistema de encerramiento de un perímetro de 1.200 hectáreas de bosque que la comunidad ha empezado a conservar, a fin de que a partir de la captación hídrica de los árboles puedan tener un abastecimiento constante de agua.
El sistema de provisión funciona a través de paneles solares, lo cual, según explica el responsable del Comité de Agua de La Asunta, Lorenzo Parapaino, permite que el agua llegue hasta las casas de las y los beneficiarios las 24 horas del día.
“Antes teníamos que madrugar para hacer fila en los pocitos de agua para obtener el agua para cocinar, tomar bañarnos y hacer la chicha; ahora tenemos la fuente de agua y de aquí llevamos a nuestra casa y es bastante la comodidad”, explica Parapaino.
La construcción del atajado y del sistema de distribución de agua tuvo un costo aproximado de $us 56 mil, invertidos por el proyecto Navegador Indígena que se ejecuta en Bolivia a través del Centro de Estudios Jurídicos e Investigación Social (CEJIS), con el financiamiento de la Unión Europea y el apoyo de la Fundación Natura Bolivia.