En cuatro comunidades del TIMI siembran 5.600 plantines en sistemas agroforestales sucesionales

Ocho familias de cuatro comunidades del Territorio Indígena Mojeño Ignaciano (TIMI) avanzaron otro paso en la construcción de los Sistemas Agroforestales Sucesionales (SAFS) con la siembra de 5.600 plantines en días pasados. Este proyecto es parte de la Gestión Integral de Territorios Indígenas (GITI), y se inició en noviembre del año pasado con la aplicación de los chacos sin quema como primera tarea.
Las comunidades Litoral, Bella Brisa, Flores Coloradas y San Miguel del Mátire, con dos familias voluntarias cada una, participan de esta iniciativa que tiene el acompañamiento técnico del Centro de Estudios Jurídicos y Sociales (CEJIS) y el respaldo de la subcentral indígena del TIMI.
“Estos sistemas se inician con chaco sin quema. Luego se introducen cultivos de corto plazo, cultivos anuales y bianuales. A unos se les denomina pioneros, que son el maíz y frejol, y a otros cultivos secundarios, que son yuca y plátano. Todos sembrados al mismo tiempo, ocupando media hectárea”, explica el técnico Roberto Rea Suárez.
La diferencia entre un sistema agroforestal tradicional y el SAFS es que este último replica el comportamiento del bosque con una diversidad de plantas y árboles nativos. Rea Suárez explica que el SAFS admite toda clase de cultivos de mediano y largo plazo que puedan prosperar en este ecosistema, incluidos los frutales y los maderables. En el caso del TIMI los cultivos pioneros se cosecharon primero, y para después quedaron la yuca y el plátano.
“Fomentar los cultivos de subsistencia ha generado de alguna manera la migración. Queremos generar sistemas autosostenibles en el mediano y largo plazo para que las familias dependan de la economía de sus propios SAFS”, dijo Rea Suárez.
Silvia Jare Medrano, joven comunaria de San Miguel del Mátire, tiene expectativas puestas en sus futuros cultivos después de haber sembrado plantines la semana pasada con la única ayuda de su hija. “Es muy bonito, pero a veces preocupante porque es un trabajito muy duro. Hemos acabado de sembrar nuestros plantines que nos envió el Cejis en media hectárea y su poco”, dijo.
Como otros comunarios, Silvia Jare sale a vender sus productos al mercado, pero muchas veces “la carretera se pone fea y no se puede”. Usualmente se saca a vender guineo y papaya, así como hortalizas cuando es tu tiempo. La costumbre de los hombres de la zona también es “canchearse” como jornaleros en las haciendas ganaderas.
Rea Suárez explicó que en adelante “se necesita dinamizar la conclusión del alambrado de los SAFS” para reducir el riesgo de que la fauna silvestre o los animales domésticos causen daños económicos en los cultivos y los plantines.
La iniciativa de los SAFS es implementada por el CEJIS, con financiamiento de Misereor y el respaldo de la Subcentral del TIMI.