“Cambiar el sistema, no el clima”
CEJIS, 14 enero 2015.- La Cumbre de los Pueblos interpeló a los gobiernos del mundo reunidos en la Cumbre Climática de Lima. Demandó un enfoque diferente para deudas, impuestos, y compensaciones climáticas. Rechazó las “falsas soluciones” de la “estrategia del capital” y exigió plena justicia y adecuadas políticas climáticas. Sus soluciones también tienen otra perspectiva, como el consumo responsable y saludable, así como “cambiar el sistema, no el clima”.
DEUDAS, IMPUESTOS, Y COMPENSACIONES CLIMATICAS
El pago de la deuda externa debe destinarse a enfrentar la crisis climática, exigió la Cumbre de los Pueblos. Esta se reunió en Lima, simultáneamente a la 20ª Conferencia de las Partes (COP-20) del Convenio Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático, en diciembre de 2014.
A eso debería destinarse la deuda externa, en vez de “ahogar a los pueblos y limitar la capacidad de los Estados para atender las necesidades básicas de la población”, afirma su pronunciamiento oficial, llamado “Declaración de Lima”. Además, “de ello depende la sobrevivencia de la Humanidad y todas las especies vivas del planeta”, fundamenta la declaración.
También exhorta a “adoptar un impuesto mundial a las transacciones financieras internacionales”, que brinde “fondos suficientes” para iniciar una transición hacia un modelo social más inclusivo y justo.
Igualmente, demanda “compensaciones para países no industrializados, por no explotar sus fuentes de energía fósiles, para que puedan financiar la transformación de sus matrices energéticas”.
Esas compensaciones deberían ser parte del acuerdo climático que se firmaría el 2015 en París, como está previsto. Para encaminarse hacia el acuerdo y las compensaciones, demandan a los Estados que debatan con la sociedad civil, sobre “emisiones netas evitadas”.
LAS FALSAS SOLUCIONES DE LA ESTRATEGIA DEL CAPITAL
Sin embargo, a pesar de hablar de deudas, impuestos, y compensaciones, la Cumbre de los Pueblos dejó en claro que rechaza lo que llamó “estrategias del capital”, expresadas en la agudización “de procesos de privatización, mercantilización y financiarización de la naturaleza”.
Los principios de esa estrategia, manifestados en la “economía verde”, “presenta falsas soluciones a la crisis climática”, afirma la “Declaración de Lima”, mencionando algunas de las que considera falaces: Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL), proyectos de Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación de bosques (REDD), y transgénicos.
Igualmente, califica como “falsas soluciones” a los agro-combustibles, la geoingeniería, y los megaproyectos hidroeléctricos. Así mismo, a las centrales nucleares, la fractura hidráulica (“fracking”), y a la “agricultura climáticamente inteligente”.
Para la “Cumbre de los Pueblos”, la “estrategia del capital” dispone de lo que llama “la arquitectura de la impunidad de las corporaciones transnacionales y los gobiernos”. En su opinión, “a través de tratados de libre comercio y protección de inversiones”, entre otros, “privatizan servicios esenciales como el agua, la educación, la salud y la vivienda”. Con esto, “atentan contra los derechos humanos de los trabajadores y de los pueblos”.
También cuestionó “la captura corporativa del Convenio Marco de Naciones Unidas para el Cambio Climático”. “Las grandes corporaciones transnacionales ´acompañan´ a los gobiernos en las negociaciones mundiales para acordar medidas”, afirma la “Declaración de Lima”.
El fin de esas medidas es “limpiar las responsabilidades de los países industrializados por sus emisiones de gases de efecto invernadero, principales causantes del cambio climático”. “Las corporaciones transnacionales privadas de los países desarrollados deben ser responsabilizadas por sus prácticas” en el resto del mundo, afirmó la “Cumbre de los Pueblos”.
JUSTICIA Y POLITICA CLIMATICA
La “Declaración de Lima” exige “plena justicia en casos de contaminación”, citando algunos, aclarando que no enumera todos. Específicamente, menciona los casos de Newmont, Doeran en Perú, y la Chevron-Texaco. La “Declaración de Lima” sostiene que la última, “en su paso por la Amazonía dejó, como legado, uno de los mayores ecocidios de la historia del planeta”.
“Rechazamos cualquier mecanismo de mercado que se plantee como solución a los problemas climáticos y ambientales”. “No aceptamos el control externo de los territorios, ni los procesos de negociación e implementación de las falsas soluciones al clima”, enfatiza.
La Cumbre de los Pueblos cuestionó al Gobierno peruano por haber “rebajado estándares y regulaciones que afectan derechos ambientales, culturales, y colectivos”. Lo hizo a través de “políticas ambientales, laborales y tributarias adoptadas recientemente, en favor de la inversión privada”, afirma la “Declaración de Lima”.
Del mismo modo, cuestionó al Gobierno del Perú por la represión a representantes indígenas, activistas ambientales, así como a dirigentes sindicales y campesinos. También denunció hostigamientos a delegaciones peruanas e internacionales que arribaron para la Cumbre de los
Pueblos. Es una “incoherencia”, “en su calidad de presidente de la COP 20”, dice la “Declaración de Lima”.
LAS SOLUCIONES
Por otra parte, le parece fundamental “reconocer el derecho humano a la alimentación, y a la agricultura familiar campesina, que contribuye con más del 70% de la alimentación del mundo”. Exige “frenar la producción y expansión de los agro-combustibles, que promueven la deforestación, la erosión, y la contaminación del agua y el aire”. “Significan una forma de recolonización territorial”, opinó la Cumbre de los Pueblos.
La “Declaración de Lima” aboga por el consumo responsable, no alienado, basado en lo saludable. Que esté “de acuerdo con la necesidad humana, no sujeta a la ambición del capital. Un consumo que no contribuya a la contaminación ambiental ni al cambio climático”, indica.
Alienta “el uso responsable de recursos vitales, el reciclado y el manejo sustentable de residuos sólidos. Nos comprometemos a promover la conciencia ciudadana respecto a las acciones” individuales y colectivas para avanzar, señala la declaración.
La Cumbre de los Pueblos opinó que “los Estados deben tomar medidas inmediatas de protección, conservación, o restauración de los ecosistemas que alimentan a la Madre Tierra”. Por ellos, se refiere a las cuencas, altas montañas, bofedales, humedales, páramos, estepas, bosques, acuíferos, lagos, ríos, manantiales, y zonas marinas costeras.
Este tipo de lugares, de alguna manera, fertilizan o mantienen a la Tierra en condición de sostener la vida. “Deben valorar la vida y la biodiversidad”, afirmó la Cumbre.
Igualmente, opinó que se debe eliminar “la subordinación del trabajo femenino”. “El trabajo del cuidado y reproductivo debe ser reconocido como la base de la sustentabilidad humana y de las relaciones entre las personas y comunidades”.
“Es el sistema capitalista-patriarcal que sostiene la opresión y control sobre el cuerpo, el trabajo, y la vida de las mujeres”. Así “promueve la violencia sexual y la trata, y las margina de diversos ámbitos de la vida social y pública”. “Hay que cambiar el sistema, no el clima”, finaliza la “Declaración de Lima”.
Alain Muñoz, periodista e investigador
Centro de Estudios Jurídicos e Investigación Social CEJIS,
Santa Cruz – Bolivia
Contactos: