En 1996, la oruga de un aserradero destruyó petroglifos del pueblo tsimane que señalaban el camino hacia la sal y hacia el lugar “donde parió la mujer de dios” Dojity, el creador, en plena amazonía boliviana. Nunca el Estado hizo algo para reparar ese daño a pesar de la denuncia del Gran Consejo Tsimane. Ahora el INRA se resiste a revertir 51 autorizaciones de asentamiento que emitió para beneficiar a comunidades interculturales en el mismo bosque.(más…)