El reporte del Observatorio de Derechos de los Pueblos Indígenas de Bolivia (ODPIB), dependiente del Cejis, da cuenta de la situación de incertidumbre y abandono ante la pandemia del COVID-19 en el que se encuentran los sectores indígenas que habitan en el municipio de Trinidad, capital del Beni, debido a la falta de información oficial ante situaciones concretas que se presentaron y por la falta de atención desde los distintos niveles de gobierno a sus reclamos.
Ejercicio de derechos
Por Hernán Ávila, Director Ejecutivo del CEJIS
Bastaron pocos años -después de la expulsión a la compañía de Jesús-, para que la administración colonial primero y la administración del Estado Republicano después saqueen las grandes riquezas que los pueblos indígenas mojeños en cogobierno con los jesuitas habían logrado durante casi 100 años de transformación socioeconómica en las reducciones de mojos. Esta nueva situación de pueblo oprimido y de pérdida de autonomía a la que fueron sometidos los mojeños, incubó la creencia de la existencia de un lugar sagrado en el Bosque destinado exclusivamente para ellos, denominada “Loma Santa”, años más tarde, esta convicción da como resultado movilizaciones mesiánicas de pueblos íntegros que abandonaban los centros poblados para internarse en el bosque en busca de este lugar sagrado “Loma Santa” lo que permitió a los pueblos mojeños el retorno a sus bosques ocupando el sur del Departamento de Beni.
ODPIB, 2 de Septiembre 2013.- El comercio libre entre países y la desregulación de los mercados[i] profundizó la exclusión de indígenas, campesinos y obreros en la participación de políticas de comercio, producción y defensa de derechos colectivos, entre otros. A finales del siglo XX, los movimientos sociales priorizaron la defensa y promoción de derechos de pueblos indígenas y campesinos; acciones logradas por la articulación con gobiernos nacionales progresistas. Distintas organizaciones reencauzaron la lucha de los sectores más vulnerados; entre ellas: Vía Campesina[ii].